Las tiendas 24 horas son una de las tendencias más recientes que nos ha traído el vending. Apoyadas por un servicio permanente al cliente, tanto de día como de noche, y con cada vez más ventajas tanto para el usuario como para el operador, el ideal de una venta totalmente automatizada sin necesidad de operarios se está, poco a poco, convirtiendo en una realidad.
Los comercios automáticos comenzaron como negocios accesorios, sobre todo para vídeo clubs, locutorios y cibers. Pero, poco a poco, la fórmula ha ido ganando en autonomía, alcanzando plena independencia con la llegada de nuevos productos que permitieron conformar un auténtico minimercado.
Si hace 5 años eran una rareza, hoy ya no sorprende encontrar en cualquier rincón de España pequeños kioscos de 6 u 8 máquinas cargadas de productos de toda clase. ¿Llegará a los niveles de Japón? Bueno, eso probablemente está todavía muy lejos. Lo que sí es cierto es que la venta automática ha dejado de ser una utopía de unos pocos que mostrábamos una fé ciega en el sector. El negocio crece a un ritmo cercano al 5% anual, un ritmo similar al que experimentó globalmente el mercado del vending en España en los mejores años antes de la crisis. En este sentido, es el único segmento que ha continuado creciendo en tiempos de recesión.
El negocio es atractivo para cualquier emprendedor con ganas de hacer una inversión relativamente pequeña y que no empeñe la mayor parte de su tiempo disponible para conseguir resultados. El régimen de franquicias es uno de los sistemas más habituales para acceder a este mercado, aunque no es imprescindible contar con el apoyo de una marca. En este negocio lo único imprescindible son las máquinas.
La importancia de la marca
Los que optan el sistema franquiciado para dar sus primeros pasos en el sector de las tiendas 24 horas cuentan con varias ventajas, entre las que se encuentran el reconocimiento de la marca, la formación y el asesoramiento de profesionales con una experiencia contrastada (que crece cuanto más conocida sea la marca), y el aprovisionamiento regular de productos de probada valía para rendir en una máquina de vending.
A esto hay que añadir servicios complementarios que suelen ser igualmente convenientes: servicio técnico, recambio de máquinas y componentes y plusvalías derivadas de las campañas de promoción y marketing de la marca franca.
Evidentemente, todo esto tiene un precio, justo, por otra parte, puesto que se corresponde con el pago de un servicio derivado de un conocimiento que, se supone, no tiene el nuevo emprendedor.
No obstante, depende de la propia pericia del operador hacer que este servicio sea caro o tremendamente barato. Para ello, cualquier negocio 24 horas debe seguir su propio plan de negocio. El plan de negocio define las principales líneas administrativas, de gestión y financieras con las que operaremos nuestra tienda automática. Tanto para el que se apoya en una marca reconocida como el que quiere hacerse valer por su propia cuenta y riesgo, el plan de negocio deberá incluir una serie de premisas que Hostel Vending les desvela a continuación.
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