viernes, 20 de mayo de 2011

Trueque en Argentina

Para muchas personas su única experiencia de trueque ha tenido lugar en edad escolar, intercambiando cromos con alguien de la clase para completar una colección de la liga de fútbol. Toda una frivolidad, teniendo en cuenta las posibilidades de un sistema que, actualmente, en países como Argentina, constituye una verdadera economía paralela, la única opción de cubrir las necesidades económicas, sociales y psicológicas de mucha gente.

Se llaman clubes de trueque y son mercados de intercambio de bienes y servicios que prescinden de moneda formal. Nacieron en Argentina hace siete años y actualmente ya hay 5.000 en todo el país. Dan de comer a más de dos millones de personas, un número que crece y se multiplica día a día. Es un sistema más antiguo que Matusalén (hasta que apareció la moneda, el intercambio era la práctica común entre las personas, que pagaban sus deudas con arroz, maíz, corderos, pimienta o sal) y en Argentina ha resucitado a raíz de la pérdida de poder adquisitivo de la gente, derivada de la crisis económica.

En los clubes de trueque se intercambia de todo: alimentos, calzado, atención médica, cursos de informática, productos nuevos o viejos, baratos y caros, servicios de todo tipo. En los mercados donde tiene lugar el intercambio se junta también gente de todo tipo: psicólogos, tejedores, pediatras, cocineros, fotógrafos, arquitectos, oculistas, abogados, artesanos...

El primer club de trueque se fundó el primero de mayo de 1995, cuando unos amigos se reunieron en un garaje y intercambiaron todo lo que llevaban. Soñaban con una red social que pudiese ser un complemento a los miserables salarios que percibían. En poco tiempo, y a medida que avanzaba la crisis económica de Argentina, la red iba creciendo. Los clubes de trueque, aglutinados alrededor de la Red Global de Truque, denuncian el colapso del sistema económico argentino, el hundimiento de un modelo que durante muchos años se consideró sólido.

En el trueque cada uno produce sus artículos o servicios y al mismo tiempo también consume lo que los otros miembros del club ofrecen.

Son los llamados prosumidores (productores y consumidores a la vez). La finalidad del trueque no es solamente facilitar la inserción de la gente en el mercado sino también que los que forman parte tengan la oportunidad de capacitarse, crear su empresa, su propia producción, sin intermediarios y sin tener que recurrir a préstamos bancarios. Además, hay otro aspecto: el trueque como fenómeno que genera nuevas formas de relación social. La gente no sólo resuelve sus necesidades básicas sino que encuentra un espacio de integración comunitaria donde es posible recuperar el sentido de dignidad que la crisis les ha usurpado. Además de los clubes de trueque, para hacer frente a la crisis las personas también se han organizado para comprar comunitariamente. 

La actividad del trueque escapa del pago de impuestos porque está concebida como “donación mutua”, concepto que se contempla en el artículo 1.819 del Código Civil y que se define como “aquella en la que dos o más personas se hacen recíprocamente en un solo y mismo acto”


Fuentes:
Página argentina que promueve el trueque en la red:
Me encontré un video de un documental:

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